NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... NACEN DESDE EL PIE!

1 ene 2012

Palabras previas

A Cristian Ferreyra, a los caídos en las jornadas del 19 y 20 de diciembre, y a todos los compañeros caídos por luchar contra este sistema de explotación.

Palos y gases lacrimógenos rompieron la tensa calma de la mañana. El calor del verano se hacia más denso en la ira acumulada de un pueblo que se hacia presente. Miles de personas, cerca de 900 mil según datos oficiales, se hicieron carne en la larga jornada del 20 de diciembre del 2001, batallando sin pausa contra las fuerzas de seguridad que no lograban calmar a la fiera. Las primeras victimas de este histórico día eran, una vez más, nuestras Madres.

Pasaron 10 años de aquellas jornadas que para muchos de nosotros fueron días que marcaron a fuego nuestro camino militante en estos años transcurridos. Algunos ya veníamos participando políticamente en barrios, lugares de estudio o de trabajo, para otros fue el puntapié inicial para dar sentido a nuestras vidas y, muchos, unos cuantos, volvimos a creer en la salida colectiva, sentimos ese aire fresco necesario para desempolvar los viejas y hermosas tradiciones revolucionarias que nos marcaron para toda la vida.

La historia moderna tiene una fuerte influencia del peronismo, tanto en lo real como en lo emocional. Su influencia en la interpretación de la misma se hace carne. Cuando la clase dominante, muy a su pesar, perdió la batalla de invisibilizar a nuestros compañeros asesinados por la última dictadura, batalla en la que peleamos no peronistas y peronistas, estos últimos trabajaron intensamente para hegemonizar la identidad de los caídos y, poco y nada, se reconoce las organizaciones no peronistas, sus militantes, sus caídos, su construcción política que generó el accionar represivo de nuestro enemigo. Tras la muerte de Néstor Kirchner, se realizó otra jugada y tomo para sí la tendencia creciente de la actividad militante de nuestro pueblo, argumentando que fue el propio Néstor quien impulsó y generó esta participación, cuando la incorporación a la política fue en el quiebre generado a partir de la revuelta del 2001. Nuestra clase que viene dando batalla desde la dictadura, que enfrentó al modelo neoliberal de radicalismo y del propio peronismo, y que ayer como hoy muestra su compromiso por cambiar la realidad, por defender sus derechos con independencia de los patrones y su Estado.

En los últimos meses debimos afrontar los terribles hechos de asesinatos por defender la tierra, vivienda, recursos naturales, derechos laborales, estos son algunos de los motivos que generaron los enfrentamientos con las fuerzas estatales y para estatales con la consecuente muerte de los compañeros. Pasaron 10 años de aquella masacre perpetrada por el Estado y los dueños del poder, pero parece que más allá del tiempo transcurrido y de las diferentes retóricas discursivas, la respuesta es la misma cuando los explotados enfrentamos directamente los intereses de los explotadores de siempre.

Debemos reconocer el carácter político de estas muertes, debemos reconstruir nuestra propia identidad como clase trabajadora, debemos esforzarnos por la unidad de nuestra clase para generar los mecanismos necesarios para enfrentar y destruir de una vez y para siempre la explotación capitalista.