NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... NACEN DESDE EL PIE!

1 ene 2012

LA GALLE A LA CALLE

“Mis ilusiones son que sigamos aprendiendo, que de a poco logremos erradicar la crueldad con la que debemos convivir a diario. Que no haya más presos/as, que no exista la miseria, que podamos decidir todo por nosotros mismos, que nos dejen vivir en paz, que la ternura invada las ganas de vivir de cada persona, generando la amplitud de pensamiento y la conciencia colectiva nos genere esa ideal calidad de vida”. GALLE, EZEIZA, JUNIO 2011

La Galle Karina Germano Lopez, se vuelve un reflejo, un símbolo, su situación deja al descubierto, el verdadero rostro de este sistema.

Desde el año 2002 a la Galle le quitaron el horizonte, hace ya casi diez años que la siguen los sonidos de las rejas al cerrarse, tan fieles como su propia sombra. Nueve años de encierro y 21 años por delante de condena. A la Galle! Nuestra compañera, marcada desde niña por lo más oscuro de nuestra historia, la dictadura genocida del `76. Quizás esa enseñanza, la del dolor por el secuestro de ella y su familia y la desaparición de su padre, fue el camino que encontró para desarrollar una fuerte personalidad, acompañada de una sensibilidad notable y solidaridad consecuente.

Desde el movimiento Okupa en España, país donde vivió exiliada, hasta nuestra Argentina, donde entre su búsqueda personal, entremezclada con sentimientos de liberación, se dedica a la lucha contra la impunidad. En ese entonces H.I.J.O.S. fue su espacio de lucha. El 2002 la encuentra militando en Brasil, país que la condena a 30 años de prisión. Su relación con los compañeros que secuestraron al empresario Washington Olivetto, empresario paulista, dueño de varios medios de comunicación, al estilo Magneto, un multimillonario, a quien pretendían cobrarle en dinero una mínima parte en relación al daño que causa a nuestras sociedades, cuyo destino sería financiar la organización de causas latinoamericanas. Sus propios compañeros de causa la habían absuelto de los cargos que se le imputaban. Se trata de Mauricio Hernández Norambuena, militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, de Alfredo Canales Moreno y Marco Rodríguez Ortega, militantes del MIR-EGP (Movimiento de Izquierda Revolucionaria-Ejercito Guerrillero de los Pobres), de los compañeros colombianos Marta Urrego Mejía y William Gaona Becerra.

Esta operación de secuestro de un multimillonario se inscribía en el contexto de acciones internacionalistas destinadas a profundizar la lucha revolucionaria en el continente, era de naturaleza política y tenía un objetivo político. Esta lucha no conoce fronteras y exige la unidad y la cooperación de los revolucionarios

Después de su detención fueron salvajemente torturados En primera instancia, fueron condenados a 16 años de prisión, reconociendo el tribunal el carácter político de los hechos. Pero en noviembre de 2003, bajo la presión de la derecha, el Tribunal Superior de Sâo Paulo negó el carácter político de la acción y aumento las penas a 30 años de prisión y un régimen excepcionalmente severo.

Una condena inédita para que el mensaje quede claro. La envergadura de la condena no puede tener otro motivo que no sea político. No eran delincuentes comunes, para ellos eran subversivos y eso no lo podían permitir. Semejante acción de militantes políticos, cuando ya creían que el fin de la historia nos había consumido y la Galle se movía entre compañeros, entre hombres y mujeres que se arrojan a la acción por sus ideas. 30 años de encierro fue la respuesta.

Una vez trasladada a la Argentina en 2006, el ensañamiento llegó a no respetar siquiera las leyes que el sistema nos impone. Con una “justicia” que hizo carrera en tiempos de dictadura, donde fiscales, como Hermelo, acusado de “legalizar” los bienes que los grupos de tareas les robaban a los desaparecidos y jueces como Mitchel, acusado de legalizar la apropiación de un bebé hijo de desaparecidos, deciden sobre los beneficios que le corresponden por ley a nuestra compañera. La Galle quien sigue luchando entre rejas nos demuestra que no hay prisión para su espíritu. Nuestro deber, luchar por ella hasta que la galle esté en la calle.

No sólo se trata de una causa llena de irregularidades técnicas legales, sino de una farsa circense típica de los poderes judiciales, para encarnizarse con luchadores populares, y ni siquiera reconocernos como presos políticos, que es lo que somos”.