Corea del Norte: la guerra.
(segundo informe)
Nuestra primer parte del informe sobre la historia coreana finalizaba con los incidentes fronterizos en la península de Ongjin, en abril de 1949. Como clara muestra de la permanencia de la conflictividad en esa región, hace pocos días un nuevo incidente, volvió a poner al país al borde de la reanudación de una guerra civil que los sacudió durante tres años y que aun no finalizo de manera oficial, solo existe un armisticio.
Precisamente un incidente similar a los anteriores, similar también a los actuales, el que hizo tomar al gobierno de
Pero los cambios causados por la guerra pueden entenderse mejor por otro tipo de datos, que un resumen de los movimientos del frente. Por ejemplo durante la ofensiva inicial norcoreana, que contó con el enorme respaldo popular en el sur de la península[2], se restauraron los comités populares que habían sido ilegalizados por el gobierno de ocupación de Mac Arthur, se hizo una reforma agraria[3] fueron confiscadas las propiedades de los japoneses, los Yangban los funcionarios de gobierno y del estados sudcoreano, y se reconstituyo el sistema judicial, con muchos presos políticos recién liberados a cargo de la administración de la justicia revolucionaria. Hubo situaciones de crímenes de guerra, pero ordenes interceptadas por estadounidenses evidenciaron la preocupación constante de los oficiales por evitar practicas ajenas a la ley o ejecuciones despiadadas. Casi 50 integrantes de
Reginald Thompson era un periodista británico. Su experiencia al lado de los combates le hizo escribir un logro llamado “Llora Corea”. Entre múltiples atrocidades reconocía que “cada disparo enemigo (o sea, guerrillero) desataba la destrucción. Pueblos y aldeas enteras eran borrados del mapa, generando holocaustos de muerte, una verdadera producción en masa de la muerte”. Según Alan Winnington, del Daily Worker londinense, sólo en la aldea de Yangwol, cerca de Taejon, pudo contabilizar unos 7000 cadáveres entre el 2 y 6 de julio. Apenas tres días después se produjo el primer pedido de Mac Arthur de usar entre 10 y 20 bombas atómicas como apoyo táctico.
Si esto ocurrió dentro de la región habitada por los sudcoreanos, no hay que hacer un esfuerzo de imaginación respecto a lo sucedido tras la ocupación de gran parte de
Entre septiembre y octubre de 1951 los norcoreanos debieron acostumbrarse a ver volando a B-29 solitarios por alguna zona del país, lanzando una sola bomba. Hasta no sentirse vivos después de la detonación creían ser víctimas de una ataque como los de Hiroshima y Nagasaki[5].
[1] En total se calcula que estados unidos envío unos 83 mil soldados, en su mayoría negros y portorriqueños, y otros países latinoamericanos y europeos también colaboraron con tropas propias.
[2] Según datos oficiales de las fuerzas armadas de EEUU entre junio y agosto de 1951 fueron muertos o capturados unos 100mil guerrilleros de origen sudcoreano simpatizantes, claro, del gobierno revolucionario de RDPC, lo que puede dar una idea de la cantidad de sudcoreanos enfrentados a su régimen dictatorial
[3] Si bien la misma fue efímera por la pronta recuperación del territorio por parte de la republica de corea mostró por primera vez que era posible quitarle sus propiedades a los Yangban. Eso permitió luego de la guerra que Rhee el presidente sudcoreano llevara adelante reformas parciales.
[4] En enero consideró posible ganar la guerra en diez días si se le autorizaba a lanzar entre 30 y 50 bombas atómicas en la zona fronteriza a Manchuria, instalar a medio millón de chinos nacionalistas (seguidores de Chiang Kai-Shek) en el límite, del lado chino; del lado coreano, esparcir un cinturón de cobalto radioactivo con una vida útil de entre 60 y 120 años; para asegurar la imposibilidad de la ocupación humana en la zona (400 toneladas de cobalto, suficientes para barrer con toda la vida animal y humana del planeta). Alguien tuvo una visión menos delirante y desautorizó esta locura. En abril, antes de su destitución, volvió a insistir: ahora calculaba que 38 bombas bastarían. No era el único porque el general Stratemeyer propuso lanzar bombas atómicas en China.
[5] Si los norcoreanos crecieron en esa escuela, es lógico y comprensible que no teman ahora la posibilidad de un conflicto nuclear con EEUU; y también, que el odio a los gobiernos de EEUU no es una locura de una burocracia dictatorial, sino el sentimiento que ellos mismos generaron en sus enemigos.