NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... NACEN DESDE EL PIE!

16 may 2011

SITUACION NACIONAL

LAS ELECCIONES, LA AGENDA DE LOS PATRONES

El escenario político a escala nacional sigue marcado por la agenda patronal, y es en este marco que se quiere imponer a fuego los intereses que esconden las elecciones burguesas. Elecciones que ya tienen lugar en algunas provincias y que como siempre tendrán como primer plato del festín patronal los tres bastiones más importantes: Capital Federal, Provincia de Buenos Aires y Nación respectivamente.

Ya hemos hecho referencia, en anteriores publicaciones, de las disputas entre el peronismo federal, sector representante directo de los intereses del empresariado del campo con ascendencia en los sectores más reaccionarios de la CGT (grupo de los gordos -CGT azul y blanca-) y el oficialismo. Es en este marco, junto con los convidados de piedra del radicalismo también cercanos a los intereses representados por el PJ federal, que se está dando el escenario electoral a lo largo y ancho del país. Como si fuera un libro de pases, candidatos legislativos y ejecutivos municipales, provinciales y nacionales ofrecen sus servicios al mejor postor. Quien era menemista ahora es un progresistas “nacional y popular”, Cristina Kirchner, Scioli, y hasta el propio Menem que ahora es kirchnerista[1], quien era kirchnerista ahora es federal hecho y derecho, Das Neves, quien era “comunista” ahora es un oficialista obsecuente, Sabatella, o en algunos casos el gatopardismo político llega a expresiones inimaginables como el caso de la impresentable Patricia Bullrich. Todos y cada uno buscan colocarse ya sea por la colectora o directamente por el carril rápido en algún puestito, puestito donde poder morder la carroña patronal.

Por otro lado los sectores del progresismo y la izquierda del sistema[2] juegan su papel. El peronista Pino Solanas asume el rol de recambio progresista con su discurso por momentos a la izquierda del gobierno. Armó un frente político para insertarse en los distintos frentes de masas, juntando organizaciones históricamente enfrentadas como MST y PCR junto a sectores del Radicalismo y Libres del Sur. La existencia de un rejunte como este muestra la debilidad de generar una alternativa propia, coherente y solida de gobierno por parte de estas organizaciones. Quizá el conflicto del campo y su rol a favor de los grandes pooles sojeros haya sido uno de los puntos de unión de varias de estas organizaciones[3] que hoy se encuentran dentro del Movimiento Proyecto Sur. Sin embargo, y mas allá de que consideramos remotas las posibilidades de gobierno de este frente, la pregunta que nos hacemos es ¿Qué posibilidad de gobernabilidad cree tener el Sr Solanas?, ¿Qué experiencia tenemos como pueblo respecto de los frentes electorales en el gobierno, sin el guiño de los sectores económicamente más importantes del país, pero sobre todo sin inserción real en la cúpula de la CGT garante incondicional de la gobernabilidad patronal?, ¿se imaginan cual sería la respuesta del empresario Hugo Moyano si se aplicaría el proyecto del “tren para todos” tan nombrado en la campaña de Solanas?. Un gobierno con esas características, con ese programa de reformas, sin el apoyo de las más amplias masas dispuestas a defenderlo está condenado al fracaso, producto del conjunto de medidas desestabilizadoras que podrían ocurrir en su contra. Pero la fantochada no termina ahí.

Oportunista nos parece también la posición del llamado Frente de Izquierda, que aglutina organizaciones abiertamente enfrentadas como el P.O. y PTS, junto con Izquierda Socialista. Desde que se planteo la reforma política esta alianza era algo evidente que estaba al caer, pero son de carácter diario los enfrentamientos entre estas dos fuerzas, quizá el papelón más importante fue cuando comenzaron los encuentros de trabajadores el año pasado que, unos y otros se encargaban de cargar con todo contra la otra organización catalogándolas de traidores, conciliadores, pro-patronales y cuanto adjetivo calificativo existía para desacreditar al otro partido. Hoy la necesidad tiene cara de hereje, las peleas interminables en sindicatos, centros de estudiantes y hasta por quien está adelante o atrás en una marcha, todo aquello queda en el pasado, al menos por unos meses, en donde cada uno pueda hacerse de un espacio que más le convenga a sus intereses. ¿Cómo explican esta contradicción tan profunda?, qué interesante serian los debate en torno de un programa de acción en unidad para luego aplicarlos en función de las necesidades de la clase, y no juntarse unos meses antes de las elecciones, arreglar las candidaturas, para poder morder aunque sea un chiquito del banquete patronal. Es evidente que por más que lloren por una reforma política que los obliga a tomar decisiones como esta, por lo que lloran es que la misma los encierra en sus propias contradicciones políticas.

Las elecciones y los sindicatos, más algunos trapitos sucios al sol.

Claro está que la disputa electoral caló hondo en las organizaciones de masas de los trabajadores. Los sindicatos son un claro ejemplo de la inserción que tienen los partidos patronales. A fin del año pasado sufrimos como trabajadores la debilidad de la “democrática” CTA. Oficialismo, Yaski – kirchnerista, y oposición, Michelli – Proyecto Sur, dieron la nota demostrando que los intereses partidarios para la contienda de octubre de este año valen más que los intereses de los trabajadores. Con trillados discursos en defensa de la clase, el progreso de la Nación y la integración regional agitan asambleas, plenarios y hasta el último Congreso[4] Nacional para catapultarse a las elecciones. Mientras tanto en las últimas paritarias nuevamente quedan en claro el carácter básico y defensivo de las demandas. Una vez más, pese a los años sostenidos de crecimiento económico, los trabajadores del Estado, gremio mayoritario en la central, volvieron a perder en las negociaciones. Un año más la inflación se comió al salario real y seguimos padeciendo las medidas de ajuste y precarización propias de la época de emergencia económica. La debilidad de organización, movilización y lucha allanó el camino en contra de los trabajadores del gremio.

Por otra parte, una vez más dirigentes sindicales entran en el ojo de la tormenta por causas de malversación de fondos, asociación ilícita, asesinato, etc. frente a cada uno de estos actos se vio claramente cuáles eran las posiciones del peronismo. Cuando ocurrió lo de Zanola, dirigente de la UATRE muy comprometido con el trafico de medicamentos truchos, fueron oficialistas y federales los que salieron a denunciar que era un ataque a la libertad sindical, ¡claro!, no sea cosa que en el avance de la investigación quede en evidencia la asociación que dirigentes políticos de la oposición y el oficialismo, junto con sectores del empresariado, tienen en torno al tráfico de drogas. Distinto es el caso de Pedraza. Aquí fue el Gobierno Nacional quien se llamo a silencio bajo la trillada frase de “dejar que la justicia haga su trabajo”, por eso es que Moyano se mantuvo al margen de comentarios. Sin embargo el guante fue recogido por los federales con Duhalde a la cabeza, cercanos al grupo de los gordos de la CGT, por esto Luis Barrionuevo salió a los medios en defensa de su socio Pedraza.

Por último, las acusaciones contra el empresario Hugo Moyano, que tanto agitaron los sectores opositores para poder golpear a un bastión del oficialismo tiene varias lecturas. El hecho de que Moyano es un burócrata que viene robando y amasando un inmenso poder al calor del movimiento obrero peronista no es nada nuevo. El tema es justamente ese, Moyano viene acumulando poder al son de dadivas, buenos salarios y un grupo duro de matones que rompen a como dé lugar cualquier construcción por fuera de la dirección. La estrategia de Moyano es muy hábil, logró ubicar a sectores históricamente postergados en lugares estratégicos dentro de la CGT logrando así un gran consenso y apoyo en las bases. El hecho de que sea un camionero el líder de la CGT es toda una novedad y se da en un momento de amplio crecimiento productivo, con un gran aumento de la planta operaria activa, lo que genera una gran masa de afiliados reales y potenciales. No olvidemos que aun los niveles de afiliación son muy bajos[5] incluso en las grandes fabricas estratégicas en el modelo productivo actual. La CGT es un lugar donde muchos quieren morder, pero sobre todo una herramienta estratégica para encajonar las pretensiones de las bases. De la disciplina que puedan bajar los burócratas depende la sacrosanta tasa de ganancia de los patrones. Como decíamos en el Sendas Nº7 “la cacería y persecución de luchadores es una realidad irrefutable, el ala “moyanista” ha aprendido del peronismo en sus herramientas de hegemonización. La peronización del sindicato, la organización de los nuevos sectores que se acercan, en algunos casos honestamente, a la política sindical es la táctica para cercar la organización por fuera de los intereses sindico-empresariales. El nacimiento de la juventud sindical es una de las tantas muestras de esto”. Pese a que el rol que ocupa el camionero es funcional al empresariado, y fue el propio empresariado el que lo catapultó a la dirección del sindicalismo argentino, el poder que acumuló no le cae en gracia a algunos sectores que, antes aliados, hoy buscan derribarlo ventilando la enorme cantidad de trapitos sucios que tiene “don” Hugo.

Buscando salidas propias.

Las conquistas arrancadas por los ferroviarios en los últimos meses significaron un hecho importante en la lucha cotidiana por mejores condiciones de trabajo. No podemos negar que el pase a planta de cientos de compañeros es un triunfo importante, pero no debemos maximizar un triunfo estrictamente defensivo. Muchos han salido a hablar de que es un triunfo que lleva a un cambio en el escenario político para la clase obrera, algo similar a lo ocurrido después del conflicto de KRAFT sin embargo el hecho de que el Estado y los empresarios que vienen hace años amasando enormes ganancias regularicen una situación ilícita e indigna como la tercerización, el pago diferenciado por igual tarea, contratos temporarios, etc. no es más que una lucha reivindicativa en el marco de la lucha estrictamente sindical[6]. A esto debemos sumarle el trágico asesinato de Mariano Ferreira por parte de la patota de la Unión Ferroviaria dirigida por Pedraza, en complicidad con la policía, generó un gran revuelo que debía ser calmado de alguna manera, y es la incorporación masiva a planta una válvula de escape para descomprimir la crisis generada. No obstante la organización, lucha y triunfo logrado por los compañeros demuestran que éste es el camino por el cual se consiguen conquistas. Queda claro una vez más que la patronal no regala nada, y esto es parte de un nuevo aprendizaje para la clase en la lucha por sus derechos. Es en este camino que debemos movernos, con la cautela necesaria, con los pies en la tierra, sin subestimar al enemigo ni sobreestimar nuestras propias capacidades.

En continuidad con lo último debemos planificar nuestro trabajo militante. Hoy más que nunca nuestra militancia es por el futuro, futuro con el objetivo construir el mañana que soñamos. Las limitaciones que tenemos como clase de organizar una fuerza revolucionaria, de generar alternativas genuinas, democráticas y representativas en los frentes de masas son la realidad que hoy nos toca vivir frente al festín democrático burgués. Pero es en el calor de la lucha cotidiana, de las pequeñas experiencias organizativas, de la paciencia vietnamita para que lo urgente sea resuelto sin perder nuestro horizonte estratégico, generando espacios de participación plurales que abracen las necesidades del pueblo, aprovechando hábilmente los resquicios del sistema para doblegar su fuerza, potenciando nuestra capacidad organizativa en este momento de veranito económico, ya que nunca los malos tiempos fueron buenos para la revolución. Será el pueblo, en su proceso de maduración, quien germine sus mejores hijos por la segunda y definitiva independencia.



[1] El oficialismo hizo una alianza con el menemismo en La Rioja, unos para tener mayor votación en zonas desfavorables, otro para mantener su paraguas de senador que lo protege de ir a la cárcel.

[2] Izquierda del sistema para nosotros son aquellos sectores de la clase que concilian con la democracia burguesa avalando el orden pre-establecido.

[3] MST, PCR, Proyecto Sur, el radicalismo apoyaron abiertamente a los sectores del campo, aduciendo que se trataba de la lucha del pequeño productor haciéndole el caldo gordo a la Sociedad Rural Argentina.

[4] El pasado 24 de marzo se celebro en la ciudad de Mar del Plata el último congreso de la CTA sin la presencia de la lista 10 de Hugo Yasky.

[5] Una cifra cercana al 40% de los trabajadores hoy están sindicalizados. No obstante, pese al enorme crecimiento de la pequeña y mediana empresa (PYME) cerca del 92% de estas no tienen delegados. La cifra más alta se registra en las grandes empresas, mayores a 200 trabajadores, con una afiliación cercana al 53%. Todos estos datos en el marco de que solo el 60% de los trabajadores se encuentran en condiciones legales, por ende con posibilidades de sindicalización.

[6] (…) “la lucha del proletariado contra el capitalismo se desenvuelve en tres frentes: el económico, el político y el ideológico. La lucha económica tiene tres fases: de resistencia contra el capitalismo, esto es, la fase sindical elemental; de ofensiva contra el capitalismo para el control obrero de la producción; de lucha para la eliminación del capitalismo a través de la socialización. También la lucha política tiene tres fases principales: lucha para contener el poder de la burguesía en el Estado parlamentario, es decir, para mantener o crear una situación democrática de equilibrio entre las clases que permita al proletariado organizarse y desarrollarse; lucha por la conquista del poder y por la creación del Estado obrero, es decir, una acción política compleja a través de la cual el proletariado moviliza en torno a sí todas las fuerzas sociales anticapitalistas , y las conduce a la victoria; fase de la dictadura del proletariado organizado en clase dominante para eliminar todos los obstáculos técnicos y sociales, que se interpongan a la realización del comunismo.” (…)En su primera fase sindical, la lucha económica es espontánea, es decir, nace ineluctablemente de la misma situación en la que el proletariado se encuentra en el régimen burgués, pero no es por sí misma revolucionaria, es decir, no lleva necesariamente al derrocamiento del capitalismo, como han sostenido y continúan sosteniendo con menor éxito los sindicalistas. Tanto es verdad, que los reformistas y hasta los fascistas admiten la lucha sindical elemental, y más bien sostienen que el proletariado como clase no debiera realizar otra lucha que la sindical.” (…) ”Puesto que la lucha sindical se vuelve un factor revolucionario, es menester que el proletariado la acompañe con la lucha política, es decir, que el proletariado tenga conciencia de ser el protagonista de una lucha general que envuelve todas las cuestiones más vitales de la organización social, es decir, que tenga conciencia de luchar por el socialismo. El elemento "espontaneidad" no es suficiente para la lucha revolucionaria, pues nunca lleva a la clase obrera más allá de los límites de la democracia burguesa existente. Es necesario el elemento conciencia, el elemento "ideológico", es decir, la comprensión de las condiciones en que se lucha, de las relaciones sociales en que vive el obrero, de las tendencias fundamentales que operan en el sistema de estas relaciones, del proceso de desarrollo que sufre la sociedad por la existencia en su seno de antagonismos irreductibles, etcétera”. “Necesidad de una preparación ideológica de la masa” A. Gramsci, 1925.