NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... NACEN DESDE EL PIE!

12 may 2011

¿QUE QUEREMOS DECIR CUANDO DECIMOS “MUNDO ARABE”?

El llamado "Mundo Árabe" encierra una serie de complejidades políticas, económicas y religiosas no demasiado estudiadas. Entendemos que se suele caer en la errónea idea de que todos los sucesos que ocurren en esta región se resumen mediante la fórmula “religión islámica + petrodólares + jeques multimillonarios = realidad del mundo árabe”. Los occidentales que analizan de este modo la realidad que, pese a sus diversas variantes, pareciera ser la llave mágica que permite comprender la totalidad de los acontecimientos de la región, como si esta fuera un espacio homogéneo.

Los sucesos de este último invierno en el hemisferio Norte demuestran esta heterogeneidad. No pueden analizarse como iguales las revueltas iniciadas en Túnez, Egipto, Bahrein o Libia. Los acontecimientos en un país relativamente occidentalizado como Túnez, donde estudiantes universitarios y las capas medias, junto a algunos sectores del proletariado, lograron enfrentar a un sistema corrupto pero abiertamente defendido por Europa y EEUU y que aún tiene final abierto. Esta situación es diferente a lo ocurrido en Egipto; país muchísimo más importante a nivel geoestratégico (tiene petróleo y al canal de Suez)-con un sistema tan corrupto como el tunecino- en donde cobraron mayor protagonismo los movimientos islámicos moderados, y en el cual el fundamentalismo es una fuerza importante que podría desestabilizar a la región.

Tampoco son comparables al levantamiento en Libia (ver nota aparte), el país con mejor calidad de vida de África, con las protestas en Bahrein. En este último la mayoría chiíta exige espacios de poder a la teocracia sunnita en la mayoría de estos países gobiernan reyes que prohíben organizaciones políticas y manifestaciones que reprimen violentamente cuando se producen. La realidad sale a la luz, y las diferencias entre los países de la región, sumado al abismo que en muchos casos encontramos con nuestra realidad cotidiana nos obligan a un severo ejercicio de análisis profundo y dialéctico.

Impregnados por las múltiples ramas de la religión islámica e incluso con algunos cristianos, como los Coptos en Egipto; con pasados imperiales gloriosos y la pertenencia a la Turquía Otomana; dominados algunos por potencias europeas como los magrebíes del Mediterráneo africano; ricos productores de petróleo y economías ínfimas, como Mauritania, Mali, Níger y Chad; nos demuestran que hay mucho que nos queda por aprender de esta región del mundo para poder comprender estos sucesos cabalmente pero sobre todo desde una perspectiva de clase.