NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... NACEN DESDE EL PIE!

25 feb 2010

OPINION: LA CONFIANZA.

Por: Mario Fernández

Todos los días al ir a trabajar, desde que nos subimos a un colectivo repleto, un tren en que no cabe un alfiler, con gente en los techos o agarrada apenas del pasamanos, llegamos sacando la lengua a fichar en la fabrica o en la oficina o cualquier trabajo que hallamos conseguido, escuela, hospital, casa de familia, una changa en fin…

Pero inevitablemente casi todos los días renovamos nuestra confianza.

El colectivo o el tren vendrán vacíos, llegaremos siempre temprano al trabajo, siempre tendremos trabajo, nuestro sueldo llegara a alcanzarnos el próximo mes. Trabajaremos con alegría sin que nos maltraten y sin tener que trabajar hasta agotarnos todos los días, nuestra familia estará bien con escuelas y hospitales de primer nivel, con una buena casa como nos merecemos por mantener el mundo caminando, las fabricas produciendo, los trenes funcionando, la basura recogida diariamente, garantizando los servicios de luz, agua y gas, y aunque merezcamos, ahora, como ayer, como siempre nada sucede, no hay milagros.

Pagaremos obligadamente lo esencial, viviremos de la peor manera, muchos de nosotros ni siquiera tendremos trabajo, ni luz ni agua potable ni comida ni derechos, seremos golpeados o asesinados por la policía, los patovica, las patotas. Los pobres pelearemos con otros pobres por un plato de comida o por el elemental derecho de vivir.

Entonces, ¿por qué siempre confiamos que las cosas van a cambiar? ¿Por qué siempre terminamos creyendo palabras huecas, de forma, palabras que los ricos y poderosos vienen repitiendo desde hace tanto tiempo?

Es nuestra hora, los plazos están acabando, nadie nos salvará si no nos salvamos nosotros. Tenemos enemigos poderosos que tratan que no pensemos, que nos explotan sin piedad y son ricos a costa de nuestra sangre y nuestro trabajo, que ahora nos echan porque dicen que no somos necesarios porque una maquina y un trabajo mayor, para los pocos que lo tienen, alcanza para que sean cada vez mas ricos. ¿Y nosotros? ¿Acaso les importamos? ¡¿¿Importa si tenemos lo suficiente para vivir??!

Entonces, ¿por qué confiamos? ¿Por qué aparecen en la tele señores de traje y corbata, de sport, con ropas caras y elegantes, con mujeres hermosas con vestidos caros, todos alegres porque la vida es algo bárbaro,(es lo que quieren que creamos)? ¿Todos podemos navegar en yate, comprarnos una casa enorme y lujosa, pasarnos todas las noches bailando y bebiendo, jugar al polo, golf o practicar surf en las playas del caribe, o reírnos con los famosos que cantan bailan o hacen el ridículo?

Si la inmensa mayoría de nosotros jamás va a vivir de esa manera, deberíamos empezar a practicar la desconfianza. Desconfianza en los que nos venden lo que no podemos comprar, nos ofrecen lo que no podemos tener, nos prometen lo que no quieren que tengamos y nos piden esfuerzos solo para que ellos no pierdan, pero nunca nos harán ganar lo que merecemos y debemos ganarlo luchando con grandes sacrificios.

Desconfianza en los que gobiernan porque nunca cumplen sus promesas, desconfianza en los políticos de los ricos porque siempre han gobernado para ellos y jamás lo harán para nosotros. Desconfianza en todos los patrones porque siempre nos exigen que trabajemos para levantar o mantener la fuente de trabajo y, nunca nos dicen que es para que ellos sigan ganando o ganen mucho más a costa de nuestro esfuerzo. Pero jamás nos dan un aumento si no nos enfrentamos con unidad contra ellos y, entonces nos reprochan favores que nunca nos hicieron y lo desagradecidos que somos por pedir estar un poquito mejor. Pero pocas veces nos atrevemos a pedirle lo que realmente nos pertenece: una vida digna, trabajar para vivir y no como ahora que vivimos para trabajar.

Desconfianza en aquellos que empezaron como nosotros y ahora son ricos sindicalistas que se olvidan de sus orígenes y traicionan impunemente aliándose a sus patrones, siendo como ellos aunque vistan como nosotros.

Como si fuera poco, muchísimos argentinos y de otros países ni siquiera tienen trabajo para vivir trabajando y solo mueren esperando con sus hijos desnutridos y hambrientos, deseando conseguir algún laburito para ser explotados y humillados.

Y pensar que muchos creen que vivir en una villa o asentamiento o casa tomada es una manera fácil de vivir, invitamos a cualquiera a compartir todas las penurias a que someten a nuestros hermanos aquí, en todo el país y en el mundo porque los burgueses (ricos) solo piensan en su ganancia, jamás en las personas, que solo somos figuritas que se cambian fácilmente.

Solo uniéndonos todos los que trabajamos, los desocupados, los pobres de la ciudad y del campo, para cambiar este mundo de injusticias, vamos a vivir en un mundo mejor, para ello debemos dejar de temerle a la cárcel, la persecución y el que dirán, y luchar definitivamente por nuestra libertad.