Por: Roberto Amarú
Escribir un documento sobre Haití nos resulta ante todo un desafío, un pendular en la línea fina entre los miles de borradores que solo hacen mención a la tragedia y abogan la teoría de un país pobre y no empobrecido, casi como si esto ocurriera de forma natural o como dicen muchos mercenarios fruto de la “ineficiencia de los pueblos”. Pero por otro lado, evitaremos caer en la repetición de tantos documentos interesantes históricos existentes previos y posteriores a la tragedia.
Pondremos el acento en conflicto entre el pueblo haitiano como caso testigo de la intervención imperialista en el patio trasero en particular.
Repaso histórico de “El mal ejemplo de Haití”
“Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios” Eduardo Galeano.
Así chillaban los presidentes estadounidenses Jefferson en el siglo XIX y F.D. Roosevelt en el XX, que no ocultaban su odio por “esa peste de negros independentistas y abolicionistas que consiguieron su independencia por las armas”. El alza de las mayorías esclavas contra el poder colonial francés que diera origen a la republica haitiana, resultaba un mal ejemplo para el resto de las colonias, la primera nación negra amanecía en Indo America y el imperialismo francés y británico en primera instancia, y norteamericano en segundo término lo harían pagar caro hasta nuestros días.
Para entender la realidad del combativo pueblo haitiano creemos necesario repasar un poco su historia, y tomamos como punto de partida la conquista de los españoles entierras Indo Americanas, debemos decir que la isla era conocida con el nombre de
Pasaron 55 años y en
Tras la muerte del dictador Duvalier padre a principios de los ´70 lo siguió su hijo “Baby Doc” quien fue derrocado en 1986 por una rebelión popular. Durante cerca de 30 años que duro la dictadura los grandes “logros” de la administración fueron en primera instancia el crecimiento exponencial de la deuda externa que se multiplicó por 17,5 veces. Para 1986 aumentó, con los intereses y penalidades, a más de 1.884 millones de dólares, pero la cifra aun sorprende más si analizamos el robo de la familia Duvalier que suma una fortuna personal, resguardada en cuentas de bancos europeos y norteamericanos, cercana a los 900 millones de dólares. La deuda externa haitiana esta en un 80% en propiedad del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El sometimiento que genera esta situación hace que hoy en día, bajo la aprobación de estos organismos de crédito, el gobierno aplique los “planes de ajuste estructural”, maquillados como “Documentos Estratégicos para
Pero los últimos 20 años de la isla no fueron más tranquilos en el país más empobrecido de América, con cifras similares al de los países más atrasados del mundo. Se vive un proceso de inestabilidad de las instituciones burguesas producto de la desigualdad estructural y hambre generalizado, en un pueblo con histórica tradición de lucha, lo que generó que en el lapso antes nombrado 17 presidentes pasaran por el sillón del ejecutivo. Algunos “de facto”, otros provisionales y algunos elegidos por medio del voto, pero ninguno de los sirvió a los intereses del pueblo trabajador, siempre opuestos a los intereses imperiales regidos históricamente en la isla y en todo el mundo.
Es por demás importante resaltar lo ocurrido durante las 4 asunciones del presidente Aristide respecto del resto de las administraciones. Sobre todo los sucesos después de la primera presidencia (1991, 1994 a 1996) y la última (2001 a 2004), que culminaron con el golpe de 1991 y 2004 respectivamente, debido a sus particularidades que hacen a la realidad actual.
Conocida es la alianza de los Estados Unidos de América y Francia para defender sus intereses imperialistas en el Caribe. De diferentes formas han desestabilizado el país para derrocar las administraciones que salgan de la raya de sus intereses, se han creado grupos armados dirigidos por el antiguo oficial golpista Guy Philippe después de haber dado también vida a una oposición de conveniencia ligada y comprometida con el antiguo financiero de la dictadura Duvalier: André Apaid. Justamente quien estuvo a cargo de las desestabilizaciones durante la década del 90 en la isla, fue el norteamericano Caleb McCarry quien hoy dirige la llamada “Comisión de Ayuda a una Cuba Libre” a fin de desestabilizar el gobierno cubano para anexarlo al territorio yankee, designado por la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el ex presidente G.W. Bush. Este nefasto personaje provocó el secuestro y la grotesca remoción del presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, usando a activistas políticos vinculados a los Duvalier y una tropa de mercenarios y delincuentes, en una operación sucia manejada por los círculos de extrema derecha del Partido Republicano norteamericano.
El entonces cura salesiano Jean-Bertrand Aristide, elegido en el año 1990, fue el primer presidente electo por las urnas en la historia de su país. René Préval, actual presidente, fue su Primer Ministro. Las mínimas medidas populares por parte de la nueva administración fueron motivo suficiente para que sea ejecutado el golpe de estado el 30 de septiembre de 1991, provocando el exilio de Aristide a los EEUU. Allí despertó el apoyo de la población afroamericana estadounidense, mientras que de forma opuesta el régimen militar en Haití se consumía en una impopularidad generalizada. Este hecho condujo a la nueva administración Clinton a romper con la medida de la administración anterior, Bush padre, que llevo a una intervención militar directa insostenible y a negociar un tratado con la isla. La misma no cambio en nada las condiciones de vida del pueblo haitiano y mantuvo el sometimiento de Haití a los intereses del imperialismo. En 1994 al tiempo que Washington organizó la salida de la junta militar y el regreso del presidente electo a la administración, puso como condición de continuidad a la administración de Aristede el no exacerbar la lucha de clases y más bien de reconciliar ricos y pobres; de no volver a criticar y estigmatizar el capitalismo como un “pecado mortal”, pero sobre todo aplicar religiosamente las recomendaciones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este fue el fin de las intentonas progresistas de las administraciones haitianas, los nuevos gobiernos electo e interinos fueron consecuentes con las recomendaciones impuestas por el enemigo del norte y sus aliados europeos. Fue así como también entraron en juego los conocidos intelectuales franceses como Régis Debray y Veronique de Villepin-Albanel, quienes jugaron un papel en la desestabilización de la administración progresista haitiana presionando la renuncias consecutivas del Aristide, tanto en el primer como en el segundo mandato a favor de los intereses burgueses en la región y confusión del pueblo. Vale recordar la consecuente historia a fin a lo intereses burgueses que uno de estos, Régis Debray, tiene en su haber. Internacionalmente acusado de haber delatado la posición del Che en Bolivia, como así también la enorme cantidad de publicaciones contra
Para el segundo mandato de Aristide dejo su cargo en el 2004 bajo la amenaza de los fusiles M-16 y en presencia de James B. Foley, embajador de los EE.UU. y de Thierry Burkard, embajador de Francia, firmando una declaración de demisión preparada con anticipación por los golpistas “a fin de evitar un baño de sangre”. Fuerzas Especiales lo conducen al interior de un avión blanco, sin matrícula, con destino a Bangui, capital de
Este episodio forma parte de la política estadounidense de colonización militar y económica del continente, a través de los distintos métodos ejecutados según la conveniencia: intervenciones militares, bases, asesores militares ejercicios conjuntos, Guardia Nacional, Golpes de Estados cívicos o militares, Plan Colombia, Iniciativa Regional Andina, Plan Puebla Panamá, Proyecto ALCA, TLCAN-NAFTA, tratados bilaterales, Tratado Centroamericano de Libre Comercio (CAFTA), y tanto otros. Pero la particularidad de la intervención imperialista en la isla, desde el 2004 hasta los días previos al terremoto, fue la tercerización del control militar de la isla, ya no por medio de una Guardia Nacional como a principios del siglo pasado sino mediante un organismo internacional dirigido por las Naciones Unidas. Las llamadas MINUSTAH, Misión de Estabilización de las Naciones Unidas de Haití, no son otra cosa que la nueva intervención yankee en la isla, en la que tropas de diferentes países de la región, comandadas por el sub-imperio Brasil, se encargan de asesinar a centenares de personas para reprimir el descontento y organización del pueblo. Se estima que
La actualidad de un pueblo empobrecido y ocupado.
¿Por qué es Haití un país empobrecido? Bastaría con ver las cifras oficiales que enunciamos más abajo para comprender la pobreza por la que atravesaba antes del sismo. En este caso el desarrollo desigual genera que, junto con Nicaragua, sean los dos países de Indo America con mayor diferencia entre los que más poseen y los que nada tienen. Los datos objetivos muestran lo siguiente: Haití es un país que cuenta con más de 9 millones de habitantes, más de la mitad de la población es rural, el 95 % de ellos son negros; un 47 % analfabetos en personas mayores a los 15 años. Las riquezas de Haití están concentradas en manos de burgueses que representan el 10 % de la población total, alzándose con el 47 % de la renta, mientras que el 80 % de la población vive por debajo de la línea de pobreza, lo que equivale a vivir con menos de 1 dólar diario por persona, aunque también esta el 10 % restante que es más pobre aún.
El terremoto terminó con la vida de más de 300.000 habitantes del pueblo haitiano que se suman a los miles de sobrevivientes mutilados y también aquellos que contrajeron distintas enfermedades por el tiempo en que se demoraron los rescates. Los resultados son producto de un territorio arrasado, sin infraestructura para hospitales y viviendas, con hambre, miseria y heridos que se encuentran por todas las calles de Puerto Príncipe.
¿Se pudo evitar tantas muertes? Hace seis meses atrás en Honshu, Japón, un sismo de la misma magnitud provoco tan solo un muerto y un herido, ya que la infraestructura anti sísmica elaborada en este país prevé la posibilidad de sismos debido a la ubicación geográfica de la isla. Pero si nos referimos a nuestro continente, cabe hacer la comparación entre un país eminentemente capitalista (colonial) como Haití y Cuba después de
Varios fueron los países que hicieron llegar su ayuda y solidaridad, pero la misma no alcanza para poner en pie nuevamente a la desvastada Capital. Cuba toma la posta con la ayuda sanitaria, los médicos cubanos están dando atención con un promedio de seis a siete mil pacientes diarios y varias docenas de cirugías al día, dicha delegación ha tratado 20 veces más pacientes que todo el equipo estadounidense. La solución en vista en primer instancia son dos: por un lado esta la financiera que tiene al FMI y BID (el mismo que posee el 40% de la deuda externa actual) como principales agentes de “ayuda”. El FMI demostró su “humanidad” prestando la suma de 114 millones de dólares a cobrar dentro de cinco años y medio sin que se acumulen intereses durante dicho período, mientras que el BID ya paso la factura y cotizo en mas de 14.000 millones de dólares los costos para reconstruir casas, escuelas, calles y demás infraestructura. Todo señala que las nuevas recetas de la burguesía financiera cierran perfecto en el negocio inmobiliario, las ganancias por intereses de los préstamos, y un futuro de la economía haitiana aun más empobrecido por semejante acumulación de más y más deuda.
Pero la otra cara de la “solución” es el papel que esta ejerciendo los EEUU al invadir la isla. Una vez más enviaron de manera instantánea a 20 mil soldados de ocupación norteamericanos, cuando las necesidades inmediatas eran salud y alimentación. Fuerzas armadas que se suman
Aunque pasen los años el imperialismo como fase superior del capitalismo mantiene las mismas recetas en todo el mundo: explotación, invasión y muerte. Mucho se podrá escribir y decir sobre la dolorosa realidad de esta isla, antes y después del terremoto, pero si no atacamos con firmeza su equilibrio desigual burgués, que obviamente no es cuestionado por ningún país ni intelectualidad capitalista, todo análisis será un mero palabrerío que conducirá a soluciones truncas y medias tintas que favorecen a los sectores explotadores. En un país que tiene y tenia riquezas naturales, que exportaba a diferentes países del mundo, que se autosatisfacía en las necesidades básicas de alimentación pago caro el precio de ser la primer Revolución de America, y fue el imperialismo quien se encargo de destruir la isla devolviendo la ofensa recibida.