NO HAY REVOLUCIONES TEMPRANAS..... NACEN DESDE EL PIE!

1 abr 2012

Minería, el debate esta abierto.

Febrero se lleno de “debate” en torno a la minería, de duras críticas por parte de la prensa y de los “representantes” políticos a los gobiernos nacional y provinciales, incluso en el reparto también la ligaron los manifestantes.

El cerco mediático se ha restaurado en torno al tema minero en el país. Conflictos que en algunos pueblos han tenido un largo desarrollo de grandes enfrentamientos por parte de la población y que hubo logrado la expulsión de las empresas y el freno a varios proyectos… si algo tiene de bueno esta situación, por así decirlo, es que nos permite tomar distancia de la inmediatez para reflexionar y, en todo caso, plantearnos algunas de las preguntas evitadas intencionalmente por la misma prensa y “representantes” políticos que tuvieron que salir a hablar de la minería. No podemos dejar de renombrar que el tema lo ha instalado la lucha de los pueblos y que estos buscadores eternos de consenso y legitimación no pudieron más que “debatir”. El debate planteado en torno a la minería tiene tanto de sinceridad como tuvieron de democrático las conferencias de prensa que dieron De Vido y el saliente Schiavi, en la que los periodista debían cerrar la boca, estaban prohibidos hacer preguntas, respecto del accidente de Once, las 51 muertes y los más de 700 heridos. Pero en estos días en los que el Estado será querellante en esta causa, evitando así la acusación en los juicios que las familias de las victimas iniciaran, no sabemos por qué un tema tan crucial para el país, como lo es el desarrollo minero, desapareció de los diarios y la tele, de la radio y los medios masivos de comunicación en general, oficialistas y opositores.¿Qué esta sucediendo en los pueblos de Tinogasta, Famatina o Belén (para nombrar algunos de los más conocidos)?, ¿En qué estado se encuentran los luchadores hostigados por la represión? ¿Bajó el nivel de tensión allí donde la falta de muertos por la represión fue solo pura suerte? ¿qué pasó con los periodistas del grupo clarín tan preocupados por la causa, acaso encontraron otro frente por donde golpear al gobierno?El debate minero.Está claro que el eje de esta discusión se corrió, de la “autodeterminación del pueblo” pasamos a hablar de si “la minería es buena o mala” y a plantear una dicotomía absurda “minería contaminante o no contaminante”. Los intereses encubiertos estaban a la vista de unos y otros que buscaron desviar el debate hacia callejones sin salida, hacia reformas capitalistas.Es común escuchar a la casta política decir o repetir, que la minería contamina como cualquier industria queriendo así justificar los costos del “progreso”. Algo cierto, en el marco del sistema capitalista, donde es inevitable hablar de industria sin tener en cuenta su grado de contaminación e impacto ambiental. Lo que sí es evitable es que estos grupos económicos tengan luz verde para operar sobre territorio argentino con total autonomía, que dispongan de los recursos, y de los métodos de extracción, sin ningún tipo de regulación como fueron los enclaves productivos en la época colonial. Pero forma parte de las reglas del capitalismo financiero, la atracción de inversiones viene acompañada de estas prácticas coloniales. Este es quizá el argumento común de quienes reducen la cuestión minera al punto de vista nacional. Si las compañías que llevan adelante estos proyectos fuesen nacionales, o dejando gran cantidad de dinero al país quizá para ellos no seria tan aberrante.Y si nos ponemos a mirar la cuestión desde el lado ambiental nos molesta preguntarnos por qué el gobierno hace oídos sordos a este reclamo y trata de tapar el punto creando una comisión, corporación de provincias mineras comprometidas en la defensa del medio ambiente y los recursos estratégicos. Este nuevo organismo no es más que una fantochada del gobierno que mas que defender los recursos estratégicos en armonía con las necesidades humanas parece estar defendiendo el negocio de las corporaciones mineras. Mas que hacer uso de la soberanía en el país parece estar entregando lo mas milenario y sagrado que tiene nuestra Indoamérica, que es la maravillosa cordillera de los andes, hoy dinamitada y dolorida por las perforaciones del capital multinacional. El imperialismo económico no tiene patria ni bandera sino que es dueño de los negocios del mundo, en este caso, de la minería.Y molesta realmente preguntar esto al gobierno que ayer de manera oportunista se puso a la cabeza de otra lucha ambiental, la del río Uruguay con epicentro en Gualeguaychú en contra de Botnia. Recordemos el “énfasis” que puso el gobierno para tratar de frenar el negocio de la empresa en el Uruguay del Pepe Mujica. Al gobierno le era fácil salir a “combatir” un proyecto contaminante del cual no iba a ver un centavo y encima sirvió para “unir” al pueblo argentino en un justo reclamo ambiental. Contradicciones K.Si vamos a las matemáticas un 54% del total de votantes en la última elección hace que entre uno y el que tiene al lado o enfrente, exista un ciudadano que haya depositado expectativas en el gobierno actual, probablemente siguiendo la línea del discurso y unos cuantos hechos del gobierno en estos últimos ocho años de ejercicio. Y si averiguamos un poquito nomas de quienes son las UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas), en boca de muchos por llevar adelante las actividades en contra de la minería, encontramos rápidamente que se componen de la mas variada diversidad política e ideológica, ya que como su nombre lo indica, la UAC reúnen al conjunto de ciudadanos que defienden lo mas inmediato allí en sus pagos, es decir el territorio y sus recursos. Muchos de los integrantes de las UAC afirman haber votado al gobierno, pero nunca estas políticas.Es llamativo como el doble discurso se hace presente en cada conflicto, un gobierno que se pronuncia justamente por la soberanía argentina de las islas Malvinas, con los recursos naturales que debieran pertenecer al pueblo argentino y al mismo tiempo sostiene una economía extranjerizante en complicidad con grupos económicos transnacionales que depredan nuestros bienes y solo nos dejan lo que en sus países de origen les está prohibido por diversas leyes y reglamentaciones: contaminación en el ambiente, tierras arrasadas por estas prácticas que jamás volverán a recuperar su potencial si dejamos que avance el cianuro y el saqueo... Y si de control estatal se trata la tragedia de Once, el avance del monocultivo por parte de los pooles de soja transgénica en zonas frágiles y un larguísimo etc. deja a las claras cual es el verdadero rol del Estado.Algunas conclusiones del debate:El gran tema de la cuestión no es si son nacionales o extranjeras las empresas, si aumento o no la solicitud de minerales producto de la demanda de oro luego de la crisis del 2006 o el crecimiento industrial de India o China. El eje del debate debe ser hasta dónde es posible la intervención del hombre en la naturaleza, dónde esta el eje de la necesidad productiva, en el hombre o en el mercado. En el marco del sistema capitalista las necesidades del mercado son las que marcan los ritmos de producción, los métodos, y sus consecuencias. El avance tecnológico hace que el hombre pueda sacar provecho de recursos antes inaccesibles, sembrar en zonas inimaginables, extraer riquezas de zonas anegadas y destruir una montaña entera para recoger el material minero disperso, antes imposible de comerciar. Por esto que el eje no son las regalías ni la bandera del enclave productivo, el eje es la humanidad, algo alejada de la gran mayoría de intelectuales, políticos y empresarios que ponen en el centro de la escena del debate al capital. El avance de los medios producción, la incorporación de tecnología cada vez mas sofisticada nos permite hoy tener los recursos técnicos para vivir en armonía con nuestro gran hogar: el planeta tierra. Por todo esto, que reducir el debate ambiental a cuestiones coyunturales si minería si o no, si pasteras si o no, no son mas que reduccionismos de un gran debate de fondo: el capitalismo como sistema político, económico y cultural no es sostenible con el desarrollo de la humanidad y a lo único que nos lleva es al colapso como especie, como planeta