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1 abr 2010

Agudización de la precarización de la clase: 1976 – 2010

El 24 de marzo pasado se ha cumplido 34 años del golpe cívico militar ocurrido en el año 1976, hoy llamado “día de la memoria verdad y justicia”.

Dicho golpe estratégicamente ejecutado ha dejado consecuencias devastadoras para la clase obrera y el pueblo en general.

Con la desindustrialización, intervención de los sindicatos, persecución, desaparición, torturas y asesinatos de los dirigentes y bases combativas, la patronal por medio de la dictadura logro golpear fuertemente las organizaciones obreras, revolucionarias y combativas en general, dejando en retroceso la unidad y solidaridad de clase.

Por otro lado la dictadura sello a fuego con su plan económico: congelo salarios que genero una fuerte caída del ingreso, 40% entre 1976 y 1980, se otorgaron millonarios subsidios a las empresas, creció la desocupación y la pobreza que era del 5,8% en 1974, al 12,8% en 1980 y al 37,4% en 1982. La deuda externa se elevó de 7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares al finalizar 1983, gracias a -entre otros- Domingo Felipe Cavallo. Deuda que el pueblo sigue pagando con explotación y más empobrecimiento debido a los ajustes impuestos, que se continuaron posteriormente en los gobiernos “democráticos”.

El plan económico favoreció a aumentar la desigualdad entre los que más tienen con los que menos, extendiendo la brecha entre ambos sectores. En los ´80 el 10% mas rico obtenía 15 veces más que el 10% más pobre, en los ´90 paso a ser 19 veces la diferencia, en el 2000 24 veces y en el 2007 los mas ricos obtenían 35 veces mas. Lo que genero que la participación de los trabajadores en el valor agregado bruto pase del 48,5% en 1974, al 43% en 1993 y 30% en el 2006. Esta terrible desigualdad ha demostrado como desde la dictadura hasta la actualidad, todos los gobiernos han favorecido los intereses de los sectores económicamente más poderosos, nacionales e internacionales, mediante la aplicación del neoliberalismo.

Para favorecer esta situación el individualismo y la precarización laboral han ayudado para dispersar la fuerza del pueblo trabajador. Muestra de esto es el escaso nivel de organización sindical existente en los puestos de trabajo, como primera herramienta de los trabajadores en defensa de sus intereses. En la actualidad el 92% de las empresas con menos de 50 asalariados no tienen delegados, y en lugares con más de 200 trabajadores la cifra desciende al 47%, obteniendo un total de 87% de los lugares de trabajo donde no existen delegados. Respecto de los afiliados se podría decir que en Gran Buenos Aires el 65% del total de los trabajadores que están con contrato o planta permanente no están afiliados, y en el interior la cifra es cercana al 53% según datos oficiales. Pero esta situación se agrava si consideramos que existe un 36% de los trabajadores que se encuentran en condiciones ilegales, mal llamadas en “negro”, que no poseen ningún derecho incluido el de afiliación.

La precarización que sufre la clase no esta solamente en la malas condiciones de quienes tienen trabajo, sino también el enorme ejercito de desocupados estructurales que existen y son funcionales a los intereses de las patronales a fin de bajar nuestro salario y favorecer la competencia entre los trabajadores. La desocupación aumento, como decíamos anteriormente, luego del cambio del modelo de producción impuesto durante la dictadura y continuado posteriormente. Mientras que en 1974 era del 4,2% promediaron el 12% en la década menemista y alcanzaron el 22% al llegar el 2000. A su vez, en la actualidad, los salarios reales tienen un retroceso del 51% respecto al año ´74. Si tenemos en cuanta lo que se le viene quitando al trabajador producto del congelamiento de los salarios y al aumento de la producción, la patronal desde el año 1992 al 2004 le quito a los trabajadores 33.548.000.000 de dólares. Caso ejemplificador de esto es del sector automotriz, que en la segunda mitad de la década del 90 la producción aumento un 62% mientras que los salarios se mantuvieron congelados. En los últimos 10 años tuvo un aumento que ronda el 97% de su producción mientras que los salarios cayeron un 24%, levemente mejorados en los últimos convenios.

El avance sobre los derechos del trabajador por parte de la patronal no podría ser posible sin la complicidad del estado y el accionar incansable de la burocracia sindical, que traicionan los intereses de la clase engañando a los trabajadores y defendiendo los intereses patronales como si fueran los suyos. También otro tanto se le podría machacar al fraccionamiento de las organizaciones denominadas de la izquierda argentina, que no lograron en todos estos años recoger los intereses de los trabajadores y defenderlos cabalmente frente a las arremetidas de la patronal, su estado y lacayos.